Más Lecciones de Física

Vengo haciendo seguimiento a la bitácora de AsoVAC en los últimos días. Lo hago, naturalmente, para informarme sobre los acontecimientos que siguieron a la destitución por motivos políticos del físico Claudio Mendoza como jefe del Laboratorio de Física Computacional del IVIC. Allí me encontré con este reportaje, firmado por Marielba Nuñez para el diario El Nacional, el día Viernes 16 de Febrero. Lo copio casi en su totalidad:

Al director del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Máximo García Sucre, le parece que la destitución del físico Claudio Mendoza de su cargo como jefe del laboratorio de física computacional no debería haber causado revuelo. "Los nombramientos y destituciones de jefes de centro y de laboratorio son operaciones completamente normales. Se hace un escándalo sobre un asunto que no tiene nada de particular". La decisión de remover a Mendoza debido al contenido del artículo de opinión "Masa crítica", publicado por El Nacional, fue tomada por unanimidad, señala, por los integrantes del consejo directivo, formado por los investigadores Ángel Viloria, Raúl Padrón y Oscar Noya; los delegados laborales, Luis Burguillos y Jesús Acosta, y por el representante del ministerio de Educación Superior, Prudencio Chacón.


–¿No hubiera sido más razonable llamar a Mendoza a conversar en lugar de destituirlo?

–Quisiera recalcar que él sigue activo como investigador. En el fondo se le aplicó una sanción muy suave. La directiva tiene derecho a escoger a la gente que va a colaborar con ella, y nos convencimos de que no era más de la confianza de nosotros.

–En la carta dicen que usó un tono irrespetuoso.

–No puede decir en el periódico que el país está en vías de fabricación de armas nucleares. Si eso lo hace un físico de una institución científica es algo serio, y uno no puede hacerse sordo o ciego. Puso a Venezuela junto a Irán y Corea del Norte, cosa que pone en entredicho el país en el ámbito internacional. Él pide respeto por los expertos, pero él no es especialista en física nuclear. Cuando le pedimos pruebas, no las presentó en forma satisfactoria.

–¿Sobre qué afirmación le pidieron pruebas?

–Pedimos pruebas sobre el artículo en general.

–¿Los investigadores del IVIC tienen alguna limitación para opinar?

–Todo investigador del IVIC tiene que opinar verazmente sobre artículos científicos. Las resoluciones del consejo directivo también especifican que no puede hacer declaraciones que perjudiquen la imagen de la institución.

–Mendoza no habla de la institución en su texto ni se identifica como científico del IVIC.

–Pero todo el mundo sabe que él es un miembro del Ivic.

–¿No se hubiera podido subsanar con una réplica ?

–Sacamos un desmentido en el que decíamos que era falso, que no había ninguna evidencia de lo que Mendoza decía. Él insistió a través de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia. Tuvo la oportunidad de retractarse, pero no lo hizo.

–No considera que se esté violando el derecho de expresión.

–Eso dice él, pero nadie puede opinar libremente sin tener responsabilidad sobre lo que opina. La libertad de opinión tienen límites, también los investigadores. Los derechos de uno llegan hasta donde llegan los de los demás. Pensamos que él iba a recapacitar, pero no lo hizo. Esa fue la gota de agua que nos rebasó y no lo disimulamos

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P. E. Rodríguez/R.Coll @ 10:40 p. m., ,


Lecciones de Física Neobolivariana

Ayer, mientras conversaba con mi amigo Manolus en los pasillos de unas cosas que, al parecer, están a punto de ganar el honrado calificativo de peligrosas instituciones conspirativas, (es decir, una universidad, donde ambos somos profesores), me enteré de la historia vivida por el físico venezolano Claudio Mendoza después de las opiniones que emitió en su artículo Masa Crítica, publicado en el diario El Nacional, el 13 de septiembre de 2006.

Como señala la bitácora de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC):

Mendoza, quien es investigador titular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC, fue señalado de irresponsable y amenazado públicamente con la aplicación del reglamento del Instituto –en un artículo que señala los motivos por los cuales un investigador puede ser despedido- por el Consejo Directivo, tras emitir opiniones en torno al interés venezolano en la materia nuclear.Casi un mes más tarde, el director del IVIC, Máximo García Sucre, le envió una comunicación a Mendoza conminándolo a entregar pruebas que sustenten sus opiniones, dándole para ello un plazo de 30 días que comenzaron a correr desde mediados de octubre.

La carta del consejo directivo del IVIC, representado por Máximo García Sucre, decía, entre otras cosas, lo siguiente respecto al artículo publicado por el investigador:

"pudiera afectar seriamente la credibilidad institucional, toda vez que el IVIC es la institución responsable de la mayoría de las actividades que en Venezuela tienen que ver con energía nuclear y sus aplicaciones pacíficas" (Las cursivas van por la casa).

Nótese el tiempo verbal, típicamente neolengual: pudiera. Pudiera, naturalmente, es como decir casi todo en el mundo (v.g: "pudiera caer ahora mismo un meteorito", y así , mutatis mutandis).

Más adelante, la carta de García Sucre sigue de la siguiente forma:

"en el citado artículo se desprende que usted trata abiertamente de hacer aparecer a la nación venezolana como involucrada en actividades que pudieran acarrear graves daños a la seguridad del Estado”.

Ante semejantes recriminaciones ejecutadas por el consejo directivo, para el que se fijó un plazo de 30 días para ejecutar una defensa por parte del investigador, uno esperaría encontrarse con un material incendiario, panfletario, dislocado. Ese, sin embargo, no es ni remotamente el caso. El artículo escrito por Mendoza puede ser consultado pulsando justo aquí. Vale la pena leerlo como un ejercicio de constatación de neolengualidad paranoide, pues de siete párrafos, cinco están dirigidos explícitamente al tema del enriquecimiento del uranio y sólo los dos finales hacen alusiones más o menos explícitas a los temas de locura de los gobiernos. El penúltimo párrafo, por ejemplo, dice lo siguiente:

"El proceso se lleva a cabo por dos métodos: difusión gaseosa y, más recientemente, con centrífugas; así que una indicación del nivel de enriquecimiento deseado, y por ende de las intenciones del nuevo socio nuclear, se puede estimar por el número de centrífugas que utilice. Unas de las interrogantes recurrentes en la obra Copenhague es si un físico de la talla de Heisenberg, Premio Nobel en 1932, estaba realmente dispuesto a construirle una bomba atómica a un loco como Hitler. También hemos discutido hasta la saciedad si Hiroshima y Nagasaki se hubieran podido evitar, y el consenso es que por ninguna razón se deben repetir"

Difícil no estar de acuerdo. En todo caso, la única alusión a Venezuela, o al gobierno de Venezuela, (por demás, enteramente razonable y ante la que un bueno número de ciudadanos estaríamos dispuestos a suscribir), dice así:

Sin embargo, a pesar del fin de la Guerra Fría, el arsenal del club nuclear crece cada vez con mayor sofisticación. ¿Queremos de veras sobrevivir? Nos aterra la intransigencia de los países que decididamente se quieren colear: Corea del Norte, Irán y nuestra querida Venezuela. Pero en nuestro caso algo nos da tranquilidad: el desprecio revolucionario por los expertos. Aquí se construyen puentes sin ingenieros, se hacen diagnósticos sin médicos, se refina petróleo sin petroleros, se enseña sin ser maestro, se gobierna sin ser estadista. Explotaremos entonces la energía nuclear obviando a los físicos.

Esas declaraciones fueron base suficiente para que Mendoza fuese removido de su cargo como jefe del laboratorio de física computacional en el IVIC el día 2 de Febrero de este año. Nótese: removido, no despedido del instituto. Sin embargo, el efecto control ya está hecho. El efecto ejemplarizante, también.

La carta de remoción decía:

el tono irrespetuoso del artículo, lleva al consejo directivo a perder la confianza depositada en él para dirigir un laboratorio de un centro de la importancia del Centro de Física del IVIC

(Por cierto, para lo que pueda valer, no está de más decir que el consejo directivo está conformado por: Máximo García Sucre, Ángel Viloria, Raúl Padrón y Oscar Noya (representantes del Ministerio de Ciencia), Luis Burguillos y Jesús Acosta (delegados laborales) y Prudencia Chacón (Ministerio de Educación Superior); supongo que no queda nadie afuera de este exclusivo club).

La carta agrega, además, esta perla, refiriéndose a la obvia utilización que hace Mendoza del derecho constitucional de libertad de expresión que suscribe en su defensa ante el soviet científico del IVIC:

"el hacer uso del derecho a la libertad de expresión trae como consecuencia una responsabilidad que el doctor Mendoza debe asumir".

Así de sencillo. Así de expedito. O lo que es más o menos igual: usted tiene toda la libertad de decir, pero yo la tengo exactamente igual de censurar lo que uste diga con medios desproporcionadamente superiores a los usados por Usted.

Una entrevista reciente a Claudio Mendoza sobre estos acontecimientos puede leerse aquí. En todo caso, ya que la estrategia neolengual consiste en suprimir las palabras, por acto contrario, a continuación la trascribo, casi en su totalidad:

-La carta de destitución dice que los argumentos de su defensa no son satisfactorios.
–A los 3 días de publicado el artículo salió un remitido del consejo directivo del IVIC en el que me descalificaban y decían que tenía 30 días para presentar las pruebas de lo que había escrito.

Les envié un dossier bastante grueso acerca de las fuentes que usé para escribir. Había más de 30 artículos publicados no sólo en Venezuela sino en el exterior sobre el tema. Allí incluía pruebas de los problemas que existen entre los gremios venezolanos y el gobierno. Digo en el texto que hay un desprecio revolucionario por los expertos, algo que mi destitución reafirma.

–¿Cuánto tiempo tenía usted como jefe de laboratorio?


–El laboratorio de física computacional lo hice yo, desde el principio, hace como 10 años. Publicamos un promedio de 15 papers al año en revistas científicas reconocidas. Allí trabajan investigadores de alto nivel y estudiantes de posgrado. Se usa la computación como herramienta para elaborar modelos físicos y matemáticos en una gran cantidad de áreas: astronomía, física, salud.

–¿Cree que los científicos deben tener una voz política?


–Es inevitable. La ciencia tiene la responsabilidad de alertar a la sociedad sobre los cambios que están ocurriendo. Pasa con el calentamiento global o las células madres. Hay casos emblemáticos. Robert Oppenheimer no estuvo de acuerdo con la carrera armamentista, y lo destruyeron. Andrei Sajarov pagó con exilio su oposición a que la URSS invadiera Afganistán. Hitler persiguió a los científicos judíos. La ciencia y la política tienen un matrimonio problemático.

–Dice en su artículo que Venezuela está entre quienes quieren colearse al club nuclear.


–Pocos meses antes Bush había dicho que quería impulsar la energía nuclear. El presidente Chávez había también declarado que iba a desarrollar la energía nuclear estratégicamente. Luego suceden una serie de acontecimientos, por el acercamiento del país a Irán, un país cuyo programa nuclear es visto con desconfianza en occidente.

–¿Cree que por lo ocurrido otros científicos se abstendrán de opinar?

–Creo que esa es la idea, que la gente tenga miedo. En mi caso, he tenido apoyo de la Sociedad Americana de Física, de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, de la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria, la Sociedad Galileana y la Asociación de Investigadores del IVIC.

–Usted formó parte del movimiento opositor Gente de Ciencia, ¿esto es una represalia?

–Puede que haya algo de eso. En 2002 yo era presidente de la Asociación de Investigadores del IVIC y asumimos un papel muy activo, fue un movimiento muy amplio.

No estuvimos en el paro, pero apoyamos a la gente de Intevep. El despido de más de 800 investigadores de esa institución es una de las grandes catástrofes del país.

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P. E. Rodríguez/R.Coll @ 9:15 a. m., ,


Neocensura del Siglo XXI

Podrá parecer en cierta forma un tópico (y de pronto lo es), pero parece claro que a los gobiernos de vocación unidimensional no les resulta cómodo tolerar las implicaciones del humor.

La idea deja de ser un tópico si se piensa que, justo esta semana, el humorista Laureano Márquez y el diario TalCual acaban de ser juzgados y condenados por el supuesto delito de ofensa a la hija del teniente coronel Hugo Chávez, actual presidente de Venezuela y, (de ser posible el cumplimiento de sus sueños), presidente electro una y otra vez hasta el modesto año de 2021. Es decir, un total de unos 23 años de dudosa democracia participativa, en los términos de una neolegalidad que, en lo que va de año, se encuentra activando todos los canales posibles para hacerlo constitucionalmente legítimo.

La sentencia fue emitida el día martes de esta semana. El día viernes, en el Editorial del periódico TalCual, Laureano Márquez finalizaba su artículo alusivo a la sentencia con un texto que es una clara variación sobre la base del discuros dado por el entonces teniente coronel Hugo Chávez en el momento en que fue apresado después de sun intento de golpe de estado. La versión, o si se quiere, el remix de Laureno Márquez es este:

Hago un llamado a mis compañeros humoristas del interior. Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, Zapata, Rayma, Weil, no logramos controlar el poder.

Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan a Laureano Márquez, quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las caricaturas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional es imposible que los logremos.

Compañeros: Oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este artículo. Muchas gracias.

En cuanto a mí, nada me inquieta. Sé que todas las multas que este tiempo impone serán pagadas tarde o temprano.

Condenadme, no importa. La Historia me absorberá.

Aquí se puede escuchar un audio de Teodoro Petkoff, director de TalCual, en el momento en que es entrevistado después de emitida la sentencia condenatoria. El diario ha emitido, además, una nota pública sobre la sentencia. Puede ser leída pulsando justo aquí.

Leyendo aquí y allá me entero que se iniciará una colecta pública para el pago de la multa impuesta al diario y a Laureano Márquez.

Dudo que el Diario pueda colapsar por una multa que, en palabras de Petkoff, ronda los 40 millones de bolívares. O que, como señala una nota de prensa leída por allí, esa suma pueda poner en peligro la sobrevivencia de tal empresa editorial. Aún así, luce un acto de coherente participación política el propósito de colaborar con esa colecta, en la medida en que implica un gesto de rechazo al uso de la ley como forma de amedrentamiento.

A continuación, una transcripción literal del editorial escrito por Laureano Márquez el 25 de Noviembre de 2005 que motivó la incriminación, el juicio y la sentencia condenatoria.

Es este:

Carta a Rosinés
Por Laureano Márquez

QUERIDA ROSINÉS:

¿Cómo estás? Espero que bien y con la posibilidad de disfrutar de televisión con cable para poder ver algunas comiquitas. Te sugiero las de Boomerang, que si no nos hicieron daño a nosotros (¡creo yo!), tampoco les harán a ustedes. El oso Yogui, la pantera rosa, la hormiga atómica, Simbad, Shazzan, etc. No te recomiendo Los Picapiedras, porque a lo mejor a tu papá no le gustan, porque presentan el modelo capitalista como algo natural y propio del hombre que existía incluso desde las cavernas.

Supe de tus preocupaciones por el caballo del Escudo Nacional mirando hacia atrás. Coincido plenamente contigo. Todos los escudos tienen leones rampantes (Cuando se paran en las dos paticas de atrás), águilas, caballos, pero ninguno tiene un Golden Retriever, por ejemplo. Con lo nobles que son esos animales. Yo le pondría al escudo un Golden con un palito en la boca a los pies del amo. O una morrocoya, como la que tú tienes; un buen emblema de nuestra lentitud para todo. En todo caso, si le vamos a dejar un caballo, que sea uno de la Rinconada, con su numerito, jinete y todo. Porque si algo nos identifica, es el azar y las apuestas.

De todas maneras, el propósito de esta carta es pedirte ayuda. Ustedes los niños tienen mucho poder y yo sé que tu papá te hace caso. Probablemente, eres la única persona a la que escucha con atención. Además, tú y tus sobrinitos son los únicos capaces de hablar francamente con papá, sin el miedo que nos da a nosotros. El otro día, tu papi nos contó que su nieto le había dicho: “¡pirata tú!” ¡Qué envidia!. Bueno, pero para no desviarme del tema, como yo sé que él te presta atención, hazle estas peticiones:

- Pídele que saque también del escudo a un señor de uniforme verde oliva y barba blanca como San Nicolás (con el debido respeto al nuevo manual de la navidad). Un señor que se mete mucho en nuestros asuntos. Es como si la niñita de al lado de tu casa, aprovechándose de que tú la quieres mucho, se llevara tus Barbies, tus peluches o tus libros de cuentos y trajese a sus hermanitos a jugar a tu cuarto.

- Dile también que no hable de cosas que va a hacer más allá del 2021. En estos días, nos contó de un pocotón de bicentenarios que va a celebrar: del 1810, 12, 14 y siempre habla del 2021. Aunque vaya a quedarse hasta esa fecha, no debería decirlo tanto, porque a los que no estamos de acuerdo con él (no te asustes, cada vez somos menos según las estadísticas oficiales ) nos entra como una desesperanza que tampoco es buena.

- Una última cosa para que le pidas: que no se ponga tan bravo con los que no pensamos como él y que no nos regañe tanto. A veces nos llama golpistas y fascistas y le provoca a uno responderle como tu sobrinito: “!pirata tú!”.

Rosinés: Con estas cosas que te pido la larga convivencia que nos espera con tu papi será más llevadera. A cambio, nosotros le ofrecemos nuestro conformismo. Por cierto, pídele también que no haga tantas cadenas. Eso sí, todo esto como cosa tuya.

Bueno, chamita, Dios te bendiga y te dé todo el amor y la felicidad que le deseo a mi propia hija.

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P. E. Rodríguez/R.Coll @ 11:52 p. m., ,