Limbo indefinido, o de cómo todo vale

La cosa es así: este martes, en un acto de juramentación de las redes asistenciales como activistas de la nueva campaña electoral para la reelección indefinida, el teniente coronel Chávez comentaba, con algo parecido a la sorpresa, que mientras viajaba en el avión, rumbo a su actividad política del día, leyó no sé qué nota de prensa internacional en el que un congresista norteamericano, de la forma más curiosa, también estaba solicitando que se enmendara la Constitución Norteamericana para volver al esquema de reelección indefinida.

Uno escuchaba al teniente coronel Chávez y la cosa sonaba como si, en realidad, el mundo entero comenzaba a girar en torno a esa maravilla de idea: elección indefinida, gobiernos que duren hasta que el cuerpo aguante.

Me tomé la molestia de buscar en internet la propuesta de ese congresista norteamericano tan curiosamente sintonizado con el propósito de eternidad que anima al teniente coronel Chávez. Lo primero que encontré decía esto:" El pueblo estadounidense está con el presidente Chávez".

Allí, comienza la neolengua.

Es decir, el presidente Chávez se sorprende por encontrar que uno de sus aliados políticos en los Estados Unidos proponga, precisamente, lo mismo que el ha propuesto que anterioridad en Venezuela. La neolengua, como se sabe, habla en todas las direcciones y prescinde de la causalidad.

Justo una página de difusión de noticias progobierno decía, a propósito de esta barbaridad:

Obama podría ser el segundo presidente de los EEUU en gobernar tres períodos, si el Congreso aprueba la solicitud y si el pueblo decide reelegirlo.

Casi para llorar.

Pero hay más.

El senador José Serrano es un congresista de origen puertorriqueño. Es decir, la curiosa propuesta de re-enmendar la enmienda 22 de la constitución norteamericana coloca al curioso señor Serrano en la rara posición de replantear la elección indefinida de un gobierno que, durante años, mantiene el control político y administrativo sobre la isla de Puerto Rico. Dicho de otra forma: el señor Serrano aspira que quienes controlan de forma fradulenta la isla de Puerto Rico puedan hacerlo, ahora, de forma indefinida.

Algo de eso parece comenzar a comprenderse cuando vemos lo que el señor Serrano piensa del limbo. Dice esto:

"Si viviera en Mayagüez con unos primos, no podría ser miembro del Congreso, pero tampoco Embajador ante Nicaragua representando a la República de Puerto Rico. Estaría en limbo. Quiero ver el fin de ese limbo".

La fuerza desmesurada del limbo, desde luego.

P. E. Rodríguez/R.Coll @ 8:33 a. m., ,