Abril es el mes más cruel
abril 11, 2007
Me encuentro con varios documentos del absurdo.
El primero: la indicación de que el poeta fiscal Julián Isaías Rodríguez ha sido electo (por aclamación) presidente del instituto latinoamericano del Ministerio Público. En fin.
Haciendo link en la página sobre las investigaciones del 11 de Abril, me encuentro con este texto:
Cuatro comisiones integradas por 36 fiscales, investigan los hechos ocurridos en el país los días 11, 12,13 y 14 de abril de 2002. Las comisiones designadas de manera conjunta por el Fiscal General de la República y los directores del Despacho quedaron conformadas de la siguiente manera:
»Comisión número 1: Coordinada por los fiscales 19° nacional y 4° en materia ambiental, César Mirabal y Danilo Anderson (¡Sic!), respectivamente, e integrada por los fiscales 62°, Sonia Buznego; 24°, Manuel Rojas; 64°, Turcy Simancas; 11°, Héctor Villalobos, y 83°, Alfonso López, investiga los casos de los muertos y lesionados el 11 de abril.
El fiscal Danilo Anderson, como se sabe, fue asesinado en condiciones absolutamente oscuras en noviembre de 2004. Es decir, hace casi dos años y medio. Hasta el día de hoy, ninguna de esas comisiones (incluso la que incluye el espectro de un fiscal asesinado) ha establecido las responsabilidades sobre esos días.
Hace unos años, esa misma página mostraba un minimapa sobre la ubicación de las personas asesinadas que ahora ha desaparecido (indudablemente no por aclamación).
Esta es la imagen que alguna vez guardé de ese documento:
Los dos círculos rojos muestran la ubicación de las víctimas: casi proporcional.
Hoy, cinco años después, la historia de los vencedores se escribe en tintan conveniente, una vez más: no existe para el bolifuncionariato otra cosa que no sea el asesinato de sus partidarios.
Como si una persona asesinada fuese, a su manera, el eufemismo de una medalla. Lo demás, naturalmente, es silencio.
Etiquetas: Irregularidades
P. E. Rodríguez/R.Coll @ 11:24 p. m.,
2 Comments:
- At 4:36 p. m., dijo...
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Y entre las tantas cosas abominables y tristes que van dejando estos infames episodios (tan rutinarios y característicos del Poder en su larga Historia), se encuentra el silencio de los intelectuales que apoyan al régimen. Esos narcisos que cuidan tanto su nombre y que lo unieron para siempre a un silencio criminal. No me refiero a los funcionarios públicos, por cierto, Rodrigo. Me refiero a personas como Luis Britto García, por ejemplo, que se delcara marxista. Curiosa ideología, esa, que puede prescindir de la democracia, los derechos humanos y el respeto a la vida... en nombre de la Humanidad.
- At 11:07 p. m., P. E. Rodríguez/R.Coll dijo...
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Ese parece ser el destino de toda Neolengua, Héctor. El valor de un sistema, de un furor, de una pasión, acaba por valer más que el sencible respeto por lo humano.
Gracias por tu comentario. Un afectuoso abrazo.